Muchas veces recibimos por Internet (en Facebook, o incluso en mensajes de correo electrónico) frases bonitas atribuidas a ciertas personas u obras escritas. Generalmente no nos molestamos en buscar la fuente. Es mucho trabajo. Y, además, ¿a quién le importa?
Sin embargo, deberíamos importarnos. No sólo por la posibilidad de plagio, sino principalmente porque una atribución incorrecta nos lleva a malinterpretar ideas, teorías, escritores, pensadores, religiones, etc.
Hace algún tiempo me topé con un interesante caso así. Una persona recibió una cita popular en inglés, atribuida al Talmud: “The highest form of wisdom is kindness” [“la más alta forma de sabiduría es la bondad”]. La persona buscó la fuente y la cita original, sin éxito. No pudo encontrar nada por el estilo en la literatura rabínica.
Bueno, la razón, simplemente, es que no se trata de un pensamiento judío clásico. No está ni en el Talmud, ni en pensadores judíos posteriores.
La concepción judía de la bondad no la incluye como un tipo de sabiduría; ni la más alta, ni la más baja. La bondad es un don precioso, que no está para nada relacionado con la sabiduría. La sabiduría es intelecto, mientras que la bondad es afecto. Ambos son importantes, pero uno no es la consecuencia del otro.
Los afectos pueden alterar negativamente el conocimiento. Para conocer, se debe permanecer en una situación afectiva neutral.
El intelecto puede alterar negativamente los sentimientos. Para sentir, la experiencia debe ser a través de nuestras facultades no intelectuales.
Las enseñanzas judías hablan del valor de la sabiduría cuando va junto con algo, o bien sin algo: silencio, bondad, humildad, piedad, etc.
Las enseñanzas judías hablan de la necesidad de ser sabio y bueno al mismo tiempo, ya que ambas características son chispas de la imagen divina en nuestras almas.
A continuación les aporto algunas bonitas citas judías, extraídas de la Biblia y de la literatura rabínica, citas que hablan de la sabiduría y la bondad y de la relación entre ambas:
“El temor del Señor es lo que instruye la sabiduría, y lo que precede a la honra es la humildad”. (Proverbios 15:33)
“Ella abre su boca con sabiduría y la ley de la bondad se encuentra en su lengua” (Proverbios 31:26)
“Siete cualidades sirven al Trono Divino: sabiduría, justicia, derecho, bondad, misericordia, verdad y paz” (Avot de Rabi Natán, Cap. 37)
“Rava dijo: Así como este dintel indica si la puerta se abre o se cierra, la humildad es la protección de la sabiduría” (Tratado Kalá Rabati 3:3)
“El adorno de la Torá es la sabiduría; el adorno de la sabiduría es la humildad; el adrono de la humildad es el temor de Dios; el adorno del temor de Dios es el cumplimiento de los mandamientos; el adorno del cumplimiento de los mandamientos es la modestia” (Tratado Dérej Eretz 4:4)
“Rav Zutra bar Tuvia dijo en nombre de Rav: “El Universo fue creado con diez elementos: sabiduría, comprensión , conocimiento, fuerza, admonición, poder, justicia, derecho, bondad y misericordia” (Talmud babilónico, tratado Jaguigá 12a)
“Rava solía decir: la meta de la sabiduría es el arrepentimiento y las buenas acciones” (Talmud babilónico, tratado Berajot 17a)
“Una persona debe primero hacer buenas acciones y luego pedirle a Dios el conocimiento de la Torá; debe hacer lo correcto y justo y luego pedirle a Dios sabiduría; debe actuar con modestia y luego pedirle a Dios la capacidad de comprender” (Eliahu Raba 6, loc. “Ma zakha”).
Pues bien, “la más alta forma de sabiduría es la bondad” no es una cita talmúdica, no es judía. ¿De dónde viene, entones?
Es de origen español cristiano. Se encuentra en “Excelencias de San Pedro, príncipe de los apóstoles”, Libro III, Cap. 6 (pág. 287), escrito por Don Juan de Palafox y Mendoza, obispo español y virrey de Nueva España del Siglo XVII.
La cita es parte de su exégesis a Marcos 10:17: “llegó uno corriendo y, arrodillándose delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?”
Don Juan se pregunta por qué el hombre llamó a Jesús Maestro y no Señor. Explica que es un consejo para que los príncipes elijan a sus ministros de manera correcta para sus cargos: “Si ha de ser maestro, sabiduría, y con ella la bondad; si no es maestro, la bondad es muy alta sabiduría”.
En el índice del libro (pág. 578), bajo la palabra “Sabiduría“, se encuentra la cita que luego fue traducida al inglés: “La bondad es la más alta sabiduría“.
Entonces, la próxima vez que reciban una bonita frase atribuída a alguien (Jesús, Gandhi, Marx, Kant, el Talmud, Confucio, etc.), no digan simplemente: “¡Qué lindo! ¿Qué importa quién lo escribió realmente?” Busquen quién es el autor. El y ella se lo merecen… y la fuente mal citada, ¡lo merece también!