Cuando el sol se pone en tu mediodía,
es tiempo de irse, pero El se empecina
en dejarte en vilo porque… El lo sabría.
Recen por mi muerte.
Cuando a plena luz la noche resalta
y por más que quieras, no comprendes
hondo en tus entrañas que nada falta.
Recen por mi muerte.
Cuando la risa surge desde tus laderas
pero sólo fluye de allí hacia afuera
porque ya no sientes que es verdadera.
Recen por mi muerte.
Cuando sabes que es delirio,
pero se te impone en tu alma
como única apariencia, falsa y verdadera.
Recen por mi muerte.
Cuando el mundo cambia y te quedaste quieto
perdido en un tiempo que nunca existió,
doliendo el presente y el futuro pasado
Recen por mi muerte
Vivir ya no puedes, morirte tampoco
feliz no lo eres y ni a triste te atreves
tu llanto atrapado ya no te libera.
Y el día no es nuevo.
No es nuevo pues repite incesantemente
el estático tiempo, la pena estancada,
el error que evitas y tu confusa mente.
Un eco nublado.
Y Dios no te abandona, mas tampoco te acoge
Alarga tu vida, porque quizás mañana…
Y mañana es hoy, como todos los días.
Me duele. Me pesa.
Entonces no pidan por seguir presente
lo que hice, hice y lo que no, ¿qué tanto?
Amé como pude, ayudé a la gente
Ya ni me siento amando.
Ayudo hacia afuera, pero adentro el vacío
estridente eco de la confusión
ya ni bueno, ni malo, ni tuyo ni mío.
Recen por mi muerte.
Cuando es el enojo contra todo y todos
y al sobreponerte quedas agotado
amar quisieras de todos los modos
Y solo ves tu enojo.
Recen por mi muerte
que no puedo solo.
Por favor
Eduardo